En forma exitosa, cierra el curso para transformarse en agente de cambio

Fue el primer curso formal de Fundación Ayla y se realizó 100% en forma digital, siendo producido y ejecutado en pandemia por un equipo de relatores expertos en talleres vía Zoom. La primera generación está constituida por 150 jóvenes de entre 15 y 29 años, quienes en cuatro meses, adquirieron conocimientos teóricos y herramientas que les facilitará convertirse en agentes de cambio dentro de sus propias comunidades.

Cariño, agradecimiento y expectativas futuras. Así se resumen las ideas claves de la última sesión del curso “Resiliencia y desastres. Transfórmate en agente de cambio” una iniciativa que Fundación Ayla ejecutó mediante el financiamiento del proyecto “Jóvenes voluntarios por un Chile Resiliente ante desastres socionaturales” financiado por el Fondo Acción Joven- Voluntariado 2019 del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV).

La sesión final realizada el 12 de enero del 2021 vino a coronar un proceso que se desarrolló entre el 22 de septiembre y 29 de diciembre de 2020, a razón de dos sesiones al mes. Debido a la situación sanitaria por COVID-19, esta instancia formativa se realizó en medio del contexto de pandemia, razón por la cual fue llevado a cabo de manera 100% virtual a través de la plataforma Zoom y con apoyo de materiales digitales en la web de Ayla.

Los beneficiados fueron 150 jóvenes de entre 15 y 29 años de todas las regiones del país, que durante el curso adquirieron conocimientos teóricos y herramientas que les facilitará convertirse en agentes de cambio dentro de sus propias comunidades, contribuyendo a que Chile sea un país más resiliente ante desastres socionaturales.

La convocatoria se había realizado a través de una convocatoria vía redes sociales, motivando a interesados e interesadas en temas de voluntariado y con preocupaciones por el medioambiente, cambio climático y desastres socionaturales. El único requisito fue contar con un dispositivo móvil y conexión a Internet, capaz de transmitir una videoconferencia.

El equipo académico estuvo conformado por María Francisca Escobar, Hans Klener, José Páez, Ricardo Ortega y Rodrigo Moreno, todos expertos especializados en distintos temas vinculados a los desastres, tales como el voluntariado juvenil, conceptos técnico-teóricos de la gestión del riesgo de desastres, la institucionalidad chilena respecto a este tema, herramientas comunitarias para el diagnóstico de amenazas y la planificación ante emergencias, conceptos de primera ayuda psicológica y física en contexto de desastres, entre otras.

Los contenidos

La metodología del curso consideró de forma transversal la participación de los estudiantes. En cada clase hubo actividades grupales y plenarias, donde los voceros de cada equipo comunicaron los resultados del trabajo conjunto al resto de los participantes.       

 “Esta es nuestra primera experiencia en un curso a distancia y estamos muy orgullosos de los resultados. La pandemia no logró mermar el entusiasmo de los jóvenes ni del equipo relator, y hubo un intercambio fértil de experiencias sobre la gestión comunitaria de riesgo de desastres. Estamos motivados y contentos en seguir esta ruta”, explicó José Páez, director de Fundación Ayla en la sesión final del curso.

Lo que no permitió la situación sanitaria fue el cierre del curso que estaba pensado como una actividad en terreno en la Quebrada de Macul, en un domo de Comunidad La Casa, fundación que postuló en conjunto esta actividad.

“Aprendí mucho de ustedes y esperamos continuar realizando iniciativas gratuitas y abiertas, pensadas en sujetos promotores de cambio como la juventud, que tienen la capacidad de innovar y participar, al mismo tiempo que son indispensables en la construcción de un país mejor y más resiliente ante desastres”, cuenta Camilo Caro, coordinador del curso que contó con la participación activa del equipo de Ayla, integrado por Hans Klenner y Francisca Escobar.

Una gran experiencia

Los primeros graduados del curso se manifestaron agradecidos del curso, tanto de los contenidos como de la oportunidad de intercambiar conocimientos. Quienes cumplieron con los requisitos de aprobación, recibieron entre diciembre y enero de 2021 una mochila de emergencia con elementos relevantes para la supervivencia en situaciones de desastres.

“Cada uno somos una pieza muy importante para construir una sociedad mejor, para reaccionar frente a un desastre, para crear comunidad. Nos ayudaron mucho con estas clases, cada sesión nos dio conocimientos para llevarnos a nuestros territorios y hacer la diferencia”, comentó Natalia Olguín, 29 años, Ñuñoa, Región Metropolitana.

“Este año nos ha motivado a salir de la zona de confort y me quise arriesgar con este curso. Me llevé muchas sorpresas, una de ellas es sentirme incluido y participar mucho, se valora esa inclusión. Se siente el sentido pedagógico, que esto es para todo tipo de personas, aunque no seamos expertos. Lo aprendido se llevará a la práctica cotidiana, sin ser especialistas”, cuenta Vicente Torres, 17 años, Región de Coquimbo.

“Agradecer por la instancia, el curso estuvo muy bueno. Agradecer el kit de emergencia. Gracias por la organización, estuvo todo muy bien organizado. Ojalá puedan salir nuevas oportunidades para continuar aprendiendo con ustedes, yo me anoto desde ya”, expresó Marco Olea, 27 años, Maipú, Región Metropolitana.

Un regalo y el futuro

Quienes aprobaron el curso recibieron una Constancia de Participación firmada por Fundación Ayla y una mochila de emergencia, que contiene elementos fundamentales para la supervivencia en situaciones de desastre. Cuarenta personas la recibieron al cumplir la política de aprobación, compuesta por la asistencia virtual al 75% de los talleres en línea y la realización del trabajo final, que fue una columna de opinión.

Se espera en los próximos meses de 2021 se realice una publicación digital que incluya los escritos de los participantes, que rescatan no sólo los conocimientos del curso, sino también sus experiencias en los territorios. Nuevas versiones del curso serán anunciadas en las redes sociales de Fundación Ayla.

“Como Fundación Ayla estamos muy contentos por la amplia participación y el entusiasmo que manifestaron los estudiantes del curso, a quienes les agradecemos profundamente su dedicación e interés. Esperamos poder seguir colaborando con estos agentes de cambio 2020 y seguir apoyando la formación de otros jóvenes en el futuro, ya que creemos firmemente en las capacidades que tienen para influir positivamente en sus espacios, ya sea territoriales, estudiantiles, laborales y muchos más”, señaló Camilo Caro.